Dos penaltitos liquidaron a la Real Sociedad en Old Trafford y decantaron una eliminatoria que en el partido de vuelta deparó el mismo carrusel de alternativas y emociones que en Anoeta. Le dolió el resultado final (4-1) al equipo de Imanol Alguacil, que incluso en tiempo de dudas como el que atraviesa deja trazos de combo trabajado y sobre todo audaz. En Mánchester, ante un rival que ha jugado en la eliminatoria mucho mejor de lo que lo hace en la Premier, competición en la que flirtea con el ridículo. Pero este año en Europa nadie les ha ganado. Lo pudo hacer la Real, pero le salió cruz en todas las acciones que definieron el partido. En aquellas situaciones fronterizas le cerraron la barrera en las narices a los chicos de Imanol, que tienen motivos para quejarse de las decisiones de un mal árbitro. Queda el derecho al pataleo, que nada soluciona.
