Me tranquiliza comprobar que a Marco Rubio ya se le ha borrado la cruz de ceniza de la frente. En mis tiempos escolares se desvanecían antes de volver al banco; la suya parecía pintada con Kanfort. De Rubio me sorprende menos su fe ostentosa que la sintonía que exhiben él y Trump después de decirse lo más grande en las primarias republicanas. Solo les faltó mentarse la gambita como Montoya y Manuel. Para entender el carácter veleidoso del presidente es útil The Apprentice. La historia de Trump (Movistar Plus+). No hay estreno reciente que aterre más, ni monstruo más espeluznante que el repulsivo hacedor de reyes que borda Jeremy Strong. No exageran, pueden comprobarlo en La historia de Roy Cohn (Max). Un judío homosexual fue uno de los susurradores más influyentes del pío partido republicano. La alemana Alice Wiedel no inventó la hipocresía.
