Desde la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca en enero, América Latina enfrenta un escenario económico complejo. La región, altamente dependiente de los flujos de comercio, inversión y remesas provenientes de Estados Unidos, ve amenazada su estabilidad por la combinación de un dólar fuerte, la reactivación de políticas proteccionistas y el endurecimiento de las normas migratorias. Los principales efectos de este nuevo orden económico impuesto por el presidente republicano serán monedas devaluadas, una caída de las remesas, presiones inflacionarias y una ralentización del crecimiento. Esa es la advertencia que hace este jueves el Banco de España en su último Informe de Economía Latinoamericana, que analiza los datos de la región en el segundo semestre de 2024. Además de estos riesgos, el documento destaca que “dada la incierta situación geopolítica, aumenta la preocupación por el escaso margen de maniobra de la política fiscal y la sostenibilidad de la deuda pública en la región, en particular en los casos de Brasil y Colombia”.
