
Sabemos que Sagitario A* (Sag A*), el agujero negro que habita en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, es supermasivo, y rota rápidamente arrastrando consigo el espacio-tiempo. Y este pequeño detalle, su velocidad de rotación, que a primera vista pudiera parecer nimio, esconde en sí mismo claves acerca de su proceso de formación.
