
¿A quién no le ha pasado alguna vez eso de despertarse a medianoche con muchísimas ganas de ir al baño y, por no querer encender la luz, golpearse contra el asiento de baño para bebés o contra la esquina de un mueble del baño en el dedo meñique del pie descalzo? O también está la otra posibilidad: encender la luz del baño, lo que hace que nuestra vista se adapte a la luz y luego, al volver a la cama, nos cueste mucho volver a conciliar el sueño. Cualquiera de estas opciones es mala, pero al baño sí o sí tenemos que ir, por lo que hoy te traemos una solución perfecta para ese momento: una luz que ilumina lo justo y necesario para que no tengas que encender la lámpara del baño ni andar palpando todo a tu alrededor para no darte un golpe que te arruine la noche.



